jueves, 5 de enero de 2012

Capítulo 2.

Cuando terminó de insultarme y restregarme cosas en cara, le dije:
- Oye, ¿sabes que debes hacer?
- Que, ¿que debo de hacer? Bola de sebo... 
- Meterte en tu vida y no en la mía. Porque sinceramente me la pela lo que me digas.
Y me fui. Me metí en el cuarto de baño del instituto y comencé a mirarme al espejo, meter tripa, sacar tripa, posando, mirando cada centímetro de mí. No me sentía a gusto conmigo misma, no podía seguir así.
Al cabo de tres meses, salía todas las tardes con María, mi nueva amiga. Hoy nos tocaba irnos a estudiar a su casa porque teníamos un examen la semana siguiente, de química. Que asco de química... La odio.
Antes de irnos a estudiar salimos un poco al parque y encontramos a los 5 chicos guapos de mi clase y estaban riéndose de una chica que había ahí en un banco, que se ve que se reían por su aparato y sus gafas... No comprendo por qué lo hacen... De hecho no me quise meter en la discusión por si salía yo parada...
Cuando se fueron, fuimos María y yo a hablar con ella.
-No les hagas caso, sé que no mereces eso, pero son subnormales. - dije.
-Ya, pero me hacen sentirme una auténtica mierda... Duele mucho.
-Va, ¿como te llamas? Yo me llamo Ana Belén, llámame Anita, y esta es María, una amiga.
-¡Hola! Bah chica, no hagas caso de esos. - añadió María. 
-Me llamo Raquel, llamadme Riki o Raquel, como queráis. 
Pasamos una buena tarde, no estudiamos, pero me da igual, por lo menos conocimos a una chica y muy maja además. Era rubia, pelo corto, flequillo recto y liso, en el pelo llevaba unos tirabuzones a los lados, naturales. Los ojos los tenía de un color difícil, y no sé si es por las gafas que yo no los veía mucho o es que de verdad los tenía difíciles. Los tenía de un color verde, pero en algún caso se les ponía o pardos o azules, muy raro. María y yo nos alegramos de conocerla, es muy graciosa y extrovertida. 
Llegué a mi casa y no estaban mis padres, entré en el despacho de mi padre y me metí en el ordenador. Busqué una página web para ver si habían métodos para adelgazar. Encontré una, y la vi muy fuerte y no tenía valor de hacerlo. Tenía que correr todos los días y hacer muchísimo deporte. Cuando terminé de estar metida ahí, me acosté, ya que estaba muy cansada. Antes de dormir me repasé un poco la lección de química, que tenía un examen.
Al día siguiente me levanté a las siete de la mañana, ya que tenía que irme andando y estaba lejos de mi casa. No pasaba ese día el autobús. Me duché, me vestí, me preparé bien la mochila, la revisé por si me dejaba algo y me despedí de mi madre y partí hacia el instituto. 
Cuando llegué me estaban esperando María y Riki, que ella también iba a mi instituto, entramos a clase y nos sentamos.

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